viernes, 22 de junio de 2007

Zona de Peligro (ed. 3)

Al llegar el fin de semana muchos, por no decir todos, nos soltamos la corbata, nos sacamos la camisa y nos aprestamos a disfrutar de las bondades que nos ofrece el siempre placentero término de la semana. Llamamos a nuestros amigos y organizamos un panorama para asi relajarnos un rato acompañado quizás de música, un trago y una buena conversación. Pero ¿que pasaría si el disfrute que planificamos termina en tragedia por culpa de la ineficiencia de otros?

Cientos de locales a lo largo del país, tienen una enorme deficiencia en las normas tanto de seguridad como de salud lo que puede ocasionar el desastre en caso de una eventual emergencia.

Nos es mi propósito llamar al pánico, ni muchos menos que nos quedemos enclaustrados en nuestra casa pero debemos empezar a crear conciencia y exigir nuestros derechos para así poder vivir más tranquilos.

No hace mucho Argentina fue testigo de una enorme tragedia ocasionada en una discoteque en donde cientos de personas fallecieron al quedar encerradas durante un incendio.

En nuestra región, locales como La torre, El Pagano, El huevo, Club Duff, y una enorme gamma de otros locales tienen enormes deficiencias que deberían de ser regularizadas.

Por ley, todo local comercial debe ser fiscalizado frecuentemente para verificar que cumplan con estas normas, vías de escape, señaletica, antifuegos e infraestructura. Dicha fiscalización debe ser llevada a cabo por el departamento de bomberos y de salud pero si así fuera ¿Qué sucede que los dueños de estos locales no arreglan estos grandes detalles?

Varias veces diversos locales de Valparaíso han sido clausurados por no contar con las medidas mínimas para la seguridad del publico asistente, lamentablemente los pub solo son cerrados por un par de días y luego se abren como si nunca hubiera pasado nada y todo sigue igual que antes, sin que se halla realizado cambio alguno.

Es esto de lo que no nos preocupamos los jóvenes y quizás es donde deberíamos poner un poco de conciencia para no tener que lamentar en algún momento accidentes trágicos simplemente por no tener alguna ventana que permita la entrada de aire puro.

Por consiguiente mucho de los empresarios dedicados a este rubro creen que la inversión en asuntos de esta índole es innecesaria y prefieren gastar ese dinero en formas para atraer público o de plano no gastarlo. Lo único cierto es que depende de nosotros el exigir el cumplimiento de estas normas, denunciando estos hechos para que así nuestros momentos de entretención no se transformen en hechos de tragedias.