domingo, 7 de octubre de 2007

Eso que llamamos hogar


Todo ser humano tiene el derecho a vivir, pero sobre todo a vivir dignamente. Es entonces donde entra el fundamental papel de la vivienda. Es una necesidad humana, nuestro refugio, nuestro eje central para el desarrollo de la vida cotidiana. Bajo los estatutos de nuestra vivienda construimos el resto de nuestro desarrollo. En nuestro hogar nos instalamos y creamos redes familiares y sociales, ya que no es solo nuestro lugar de residencia, bajo el organizamos nuestra vida. Es el punto principal del resto del mundo que nos rodea. No importa la clase de persona que seamos, nuestra raza, o deseos personales, ni siquiera nuestra ideología, porque en nuestro hogar somos los amos y señores. Nuestro hogar siempre nos recibirá con las puertas abiertas.
Muchas veces no importan que tan humilde sea el hogar, ya que (a pesar de lo redundante) es nuestro hogar. Ese término inexplicable que hace que podamos catalogar un lugar como propio.
Pero qué sucede cuando el espacio que usamos para dirigir el resto de nuestro desarrollo carece de necesidades tan básicas como la privacidad. Esa característica que nos da la capacidad de sentirnos seguros y refugiados.
Antiguamente gran parte de la población solía habitar en lugares compartidos llamados conventillos. Sitios en que la gente convivía en espacios pequeños y rústicos. De características casi medievales. Los conventillos surgieron producto de la migración campo-ciudad. La gente soñaba con realizar sus sueños en las urbes, y sin tener el dinero suficiente, se aventuraban entre medio de gigantes de concreto y mercados con el propósito de lograr sus objetivos. Y así ante la falta de dinero, se veían obligados a alquilar una habitación de conventillo.
Estos conventillos no eran más que una casona de gran tamaño con diversas habitaciones, o en términos más técnicos: La propiedad destinada al arrendamiento por piezas o por secciones a la gente proletaria en que varias piezas o cuerpos de edificios arrendados a distintas personas tengan patio o zaguán en común.
Los dueños, muchas veces dividían una habitación con el fin de hacer más productivo su negocio. Como resultado de esto, muchas de familias que caían en desgracia financiera no les quedaba más opción que emigrar hacia uno de estas habitaciones. Familias completas desarrollaron así su vida completa dentro de piezas que no superaban los 4 metros cuadrados.
Con el tiempo, el habitar compartido en estos sitios, el exagerado número de habitantes, la basura y desechos de la comunidad. Estas casonas terminaban transformándose en verdaderos nidos de ratas y enfermedades. Donde la privacidad no existía y la insalubridad estaba a flor de labios.
Fue así como fueron proliferando los conventillos en el puerto, pauteados además por el emplazamiento geográfico de la ciudad de Valparaíso. Lo que los hizo distintos que los de otras urbes. Distintos, pero no mejores.
Es increíble pensar que esta situación existe en la actualidad. Escenarios en que las personas viven en el hacinamiento y la suciedad. Sin derecho a la privacidad en donde muchas veces la frontera entre el territorio del vecino y el propio es marcado por una frazada colgada en la pared.
Si bien es cierto, los conventillos son parte de nuestra historia y patrimonio. Pero el patrimonio hay que mantenerlo, cuidarlo y no descuidarlo por nada.
Es esta la principal lucha de los habitantes de conventillos lucha que ante todo propone el principio de tener una vida digna. Un hogar digno.
Sueños que nacen y otros que se derrumban bajo las podridas, húmedas, corroídas y agujereadas paredes de un conventillo porteño.

miércoles, 18 de julio de 2007

No hay paraíso sin infierno


Valparaíso es y seguirá siendo patrimonio de la humanidad. Pero qué tan humano es. Esta pregunta se la hace mucha gente. No obstante, la humanidad del patrimonio se vive día a día en la ciudad porteña. Muchos podrían pensar que esta humanidad de la que balbucean los propios porteños es gracias al turismo o a los trolebuses o quizás a la “famosa” vida nocturna. Sin embargo, esta humanidad del patrimonio perdura cada día gracias a la magia de Valparaíso.

¿Pero que es esta magia?
La respuesta es más simple de lo que parece.
Es su gente, sus personajes, su arquitectura, sus olores y sus rincones, todos los elementos que juntos y revueltos crean esta composición global que hace de capital de la V región.

Muchos son los lugares de reunión que han ayudado a la ciudad a difundir, de mejor manera, la cultura y distintas actividades que tengan que ver con nuestro patrimonio. Así como también enseñar la cultura e historia de esta “bella” ciudad. Traté mediante las ediciones pasadas de dar una leve pincelada por algunos de los lugares más emblemáticos, pero aunque tuviera cien años para hacerlo me sería imposible traducir en líneas lo majestuoso de esta ciudad.

Y es que a pesar de que el tema central de ésta, nuestra última edición, es el endeudamiento juvenil y proyectos fallidos. Quiero hacer un llamado general a despertar el interés en Valparaíso.
Aun somos jóvenes y aprenderemos de nuestros errores, ellos nos harán fuertes. Pero muchas veces ciegos. No dejen que la frialdad del sistema congele sus corazones, ni que petrifique su imaginación. Y si algún día se encuentran escasos de esta última, asomen su cabeza por la ventana y disfruten de la magia.

Si, es cierto, muchos son los aspectos negativos. Incluso me vi en el deber cívico y moral de denunciarlos mediante esta página. Las drogas, el alcohol, la delincuencia e incluso los sectores peligrosos de la ciudad fueron tomados en cuenta en este sitio. Nunca fue, ni será jamás despertar el miedo del público hacia esta hermosa ciudad. No teman a vivir, no teman a enfrentarse y hacer valer su derecho. Tras cada caída, se volverán más fuertes. Y sobre todo no teman a las calles que, ha pesar de estar estáticas e inamovibles, han visto mucho más que nosotros.

Escuche alguna vez que no existe paraíso sin infierno, ni el bien sin el mal. Llamo a la comunidad a disfrutar entonces del paraíso que es Valparaíso, pero sobre todo valorarlo, cuidarlo y atesorarlo. Ya que es uno de los pocos tesoros que la destructiva sociedad nos va dejando.
Que quede en la retina del mundo que existe una tierra mágica llena de sueños y fantasías de marinos y navegantes, de prostitutas y taberneros en donde se fundaron los pilares fundamentales de un puerto místico y lleno de vida. El puerto de Valparaíso.

martes, 10 de julio de 2007

DELINCUENCIA EN LAS CALLES (ed. 2)

Día a día estamos expuestos a diversos peligros, unos mas presentes que otros, pero sin duda la delincuencia es uno de los más recurrentes. Las calles año tras año se ven invadidas por hechos delictivos de esta índole, generando temor en la población, ciudadano por ciudadano. Nadie está exento a ella, Y muchos nos vanagloriamos exigiendo una mano dura e inquebrantable para los responsables, reclamando por más control policial y castigos más fuertes. Pero qué ocurre cuando somos nosotros mismos los responsables de ésta? Cuando nuestros propios hijos y vecinos se encuentran involucrados en actos de esta naturaleza?
Debemos entender que somos nosotros y el sistema los mayores responsables. Pero, como combatirla, erradicarla, guerrear contra ella, cuando aparece como el residuo, el producto de un sistema político-económico, que la produce. Creo que no sólo hay que poner la mirada, en que se trata de una lacra social, en que consiste en el deshecho y en la cara espantosa del sistema, la cual se debe aislar literalmente en una isla o castigar socialmente con cárcel y moralmente con el aborrecimiento, más bien se trata de reconocerla, de buscar cuales son sus causas, por qué se produce. Yo me pregunto, cómo no va haber delincuencia, cuando los medios de comunicación exaltan el consumo y el materialismo como las formas de vida conducentes al bien y a la felicidad. Cuando día a día nos refriegan en la cara las cosas que no tenemos. Cuando observamos el auto nuevo del vecino y nosotros aun en locomoción colectiva. Tenemos que vivir acaso con el conformismo? ¿Tenemos que resignarnos a nacer pobres y seguir así? El mundo fomenta nuestras necesidades, llevando a nuestros instintos a actuar por la supervivencia. Cómo debemos actuar cuando el sistema nos hace empeñar nuestra vida por las cosas materiales, ¿Es que acaso la vida humana vale menos que un MP3? Las tarjetas de crédito son un claro ejemplo de cómo empeñamos nuestro futuro para vivir el presente, pero existe un gran porcentaje de la población que, aunque suene duro decirlo, no tiene un futuro. Sino por el contrario, seguirá eternamente en su misma realidad sin poder aspirar a más, pero deseando más, he ahí la razón principal de la delincuencia. Cómo entonces entre los más pobres, entre los desgraciados psicológica y socialmente, los proclives a los vicios y a los excesos no va a crecer una semilla de ambición por obtener esta forma de felicidad, a cualquier precio.

Cuáles son entonces las medidas que debe tomar el gobierno? Cuales son las políticas públicas contra la delincuencia? Sólo se trata de inyectar más recursos, como los mil carabineros que se integraron en el 2006?, o se trata de conformarse con su coexistencia al lado de la pobreza, la mala salud y la mala educación. Muy por el contrario, debemos estructurar una comunicación social, una cultura social, educar a la población para crear una conciencia en la población. Todo esto, solo quizás, pues no soy nadie para dar una respuesta.

jueves, 5 de julio de 2007

DROGAS Y LOS JOVENES (ed. 4)

VALPARAISO NOCTURNO

El fin de semana siempre es bienvenido. Es Aquel momento en que nos sacamos el terno, tiramos la corbata y tratamos de disfrutar un buen rato. Es la puerta de las posibilidades, lamentablemente siempre existen las posibilidades negativas.

El carrete es una parte importante en la vida universitaria de todo joven, pero antes de eso lo más importante es el apoyo de los padres en estos temas. El hecho de dejarlos divertirse un rato no los hará olvidarse de sus responsabilidades, sino al contrario teniendo el apoyo de los padres es mucho fácil poder dar limites al carrete, ya que no quiere decir que porque los papas los dejen carretear van a liberarse totalmente. Al contrario esto mismo los hace pensar más las cosas y tener el deseo de responder a la confianza actuando de la mejor manera.

Hoy, discoteques y pubs se han trasformado en verdaderos centro de trafico de drogas. Esto afecta tanto a los jóvenes como a sus padres, e inclusos a sus amistades.

Día a día los jóvenes están expuestos a las distintas tentaciones y circunstancias que nos impone la vida, pero está en ellos la decisión. No solo para no transgredir la confianza de nuestros seres queridos sino por nuestro propio bienestar

Debemos tener claro que la drogadicción no es un juego, es una enfermedad que consiste en la dependencia de sustancias que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones. Los efectos de las drogas son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos, provocar sensaciones de euforia o desesperación. Algunas drogas pueden incluso llevar a la locura o la muerte.

Conozco testimonios de gente que han comenzado su vida en la droga por causa del carrete, o por la simple razón de “algo” que le agregaron a su trago. Debemos sobre todo identificar y denunciar estas faltas. Solo así crearemos conciencia y comenzar a ganar la batalla contra las drogas que desde hace mucho estamos perdiendo.

viernes, 22 de junio de 2007

Zona de Peligro (ed. 3)

Al llegar el fin de semana muchos, por no decir todos, nos soltamos la corbata, nos sacamos la camisa y nos aprestamos a disfrutar de las bondades que nos ofrece el siempre placentero término de la semana. Llamamos a nuestros amigos y organizamos un panorama para asi relajarnos un rato acompañado quizás de música, un trago y una buena conversación. Pero ¿que pasaría si el disfrute que planificamos termina en tragedia por culpa de la ineficiencia de otros?

Cientos de locales a lo largo del país, tienen una enorme deficiencia en las normas tanto de seguridad como de salud lo que puede ocasionar el desastre en caso de una eventual emergencia.

Nos es mi propósito llamar al pánico, ni muchos menos que nos quedemos enclaustrados en nuestra casa pero debemos empezar a crear conciencia y exigir nuestros derechos para así poder vivir más tranquilos.

No hace mucho Argentina fue testigo de una enorme tragedia ocasionada en una discoteque en donde cientos de personas fallecieron al quedar encerradas durante un incendio.

En nuestra región, locales como La torre, El Pagano, El huevo, Club Duff, y una enorme gamma de otros locales tienen enormes deficiencias que deberían de ser regularizadas.

Por ley, todo local comercial debe ser fiscalizado frecuentemente para verificar que cumplan con estas normas, vías de escape, señaletica, antifuegos e infraestructura. Dicha fiscalización debe ser llevada a cabo por el departamento de bomberos y de salud pero si así fuera ¿Qué sucede que los dueños de estos locales no arreglan estos grandes detalles?

Varias veces diversos locales de Valparaíso han sido clausurados por no contar con las medidas mínimas para la seguridad del publico asistente, lamentablemente los pub solo son cerrados por un par de días y luego se abren como si nunca hubiera pasado nada y todo sigue igual que antes, sin que se halla realizado cambio alguno.

Es esto de lo que no nos preocupamos los jóvenes y quizás es donde deberíamos poner un poco de conciencia para no tener que lamentar en algún momento accidentes trágicos simplemente por no tener alguna ventana que permita la entrada de aire puro.

Por consiguiente mucho de los empresarios dedicados a este rubro creen que la inversión en asuntos de esta índole es innecesaria y prefieren gastar ese dinero en formas para atraer público o de plano no gastarlo. Lo único cierto es que depende de nosotros el exigir el cumplimiento de estas normas, denunciando estos hechos para que así nuestros momentos de entretención no se transformen en hechos de tragedias.

jueves, 17 de mayo de 2007

El mítico Puerto (ed 1)

Desde pequeño siempre oí por parte de mi abuelo numerosas historias en torno a un místico puerto llamado Valparaíso. Algunas de estas historias contaban las aventuras y desventuras de marineros y piratas, otras sobre las mujeres que tan ansiosamente los esperaban. Recuerdo que aquellas que más me fascinaban eran aquellas que trataban sobre monstruos y fantasmas que por las noches deambulaban por el puerto. Hoy el legendario puerto aun manifiesta las mismas situaciones, historias e incluso los mismos monstruos nocturnos de los que tan atentamente escuchamos durante nuestra niñez solo que bajo un rostro distinto.

Desde que tengo uso de razón he sido testigo de cómo miles de artistas, poetas y trovadores le cantan al puerto de sus amores. Describiendo sus calles y bares como lugares místicos y mágicos, aliados de la noche porteña y de las criaturas y circunstancias que esta atrae. Es quizás la mezcla de licor, mujeres y aroma a mar lo que hace tan especial la ciudad o simplemente es por causa del místico ambiente porteño.
Bastante razón tenían los admiradores de la capital de la V Región, pues surge un “algo” especial tras el atardecer en el puerto. Cientos de locales abren sus puertas invitando cordialmente a todo quien desee pasar un buen rato bajo el manto nocturno de Valparaíso.

Pero no todo es color de rosa en la ciudad patrimonial. Accidentes, excesos, drogas, delincuencia y alcoholismo están a la orden del día. Advirtiéndonos que detrás de cada acto existe una consecuencia, tras cada risa existe un llanto.

Es esta particular característica el punto principal de esta edición, La noche porteña, ese Valparaíso nocturno del cual somos muchas veces testigos sin apreciar su inmensidad así como también sus consecuencias. Lo bello y lo feo, el arte y el desastre, la diversión y la tragedia. Todas aquellas situaciones que llegan al caer la noche en la llamada Joya del Pacifico.


VALPARAISO NOCTURNO

miércoles, 25 de abril de 2007

Valparaíso de Reojo

Cuando se trata de pasarlo bien, Valparaíso ofrece muchas cientos de opciones para todo el año, porque la bohemia porteña no distingue entre invierno o verano. Aquí hay para todos los gustos. Desde discoteques a restoranes pasando por bares y reuniones de poesía, de todo se puede encontrar dentro de la noche porteña.

Desde que tengo uso de razón he sido testigo de cómo miles de artistas, poetas y trovadores le cantan al puerto de sus amores. Describiendo sus calles y bares como lugares místicos y mágicos, aliados de la noche porteña y de las criaturas y circunstancias que esta atrae. Es quizás la mezcla de licor, mujeres y aroma a mar lo que hace tan especial la ciudad o simplemente es por causa del místico ambiente porteño.


Bastante razón tenían los admiradores de la capital de la V Región, pues surge un “algo” especial luego del atardecer en el puerto. Cientos de locales abren sus puertas invitando cordialmente a todo quien desee pasar un buen rato bajo el manto nocturno de Valparaíso.


Para jóvenes de todas las edades, EL HUEVO, ubicado en Blanco 1386 abre sus puertas ofreciendo 5 ambientes para todos los gustos. En el piso central podemos disfrutar de una gran variedad de cervezas además de distintos eventos que involucran bandas de jazz y música de pachanga. El subterráneo por otro lado nos ofrece tocatas y conciertos para aquellos que gustan del Rock puro. En lo que respecta al baile, El Huevo no se queda atrás, ya que el 2do y 3er piso del local disponen de una enorme pista de baile para los clientes con música de moda y de distintos gustos, desde el reggaeton hasta la pachanga. Mientras que la terraza queda a disposición de aquellos que gustan de una buena conversación en compañía de amigos.


Otro lugar que está muy de moda es el CLUB CIELO, ubicado en Errázuriz. Este sigue la tendencia electrónica aunque tiene cuatro ambientes donde poder disfrutar de una buena noche con música de los 80 y 90 y también la infaltable pachanga. El público mayoritariamente es adulto joven. El precio de las entradas es de 6 mil pesos y la promoción es de 10 mil por la pareja. También se ofrece música en vivo y salón vip.


El Púb Restaurante ERRÁZURIZ, ubicado en la calle del mismo nombre, es también para adultos jóvenes. Cuenta con happy hours de lunes a sábado, música en vivo, karaoke en pantalla gigante, snack bar y realizan manifestaciones y eventos. Generalmente acogen presentaciones en vivo con diversos artistas e incluso presentaciones al estilo Café Concert.


Siguiendo con lo del karaoke está EL TABLÓN, un local que cuando tiene eventos se cobra 3 mil pesos por la entrada. Funciona de martes a sábado con descuentos de de un 30 % en las comidas. Se escucha mucha salsa y música para todos los gustos.


En el sector del puerto podemos encontrar una gran cantidad de discoteques, como por el ejemplo el mítico Bar LA PLAYA, casi un emblema de Valparaíso desde comienzos del siglo pasado y que cuenta con dos ambientes y una decoración muy porteña. Su público es mayoritariamente universitario por los bajos costos. Por su caracter histórico es también muy frecuente ver turistas recorriendo sus pasillos.


Locales como el IRLANDÉS son muy concurridos por turistas. Este local ofrece una enorme, realmente enorme variedad de cervezas, tanto nacionales como internacionales e incluso artesanales. 100% recomendado para aquellos que disfrutan de probar nuevos sabores para degustar en su paladar.


Esto es solo una muestra de lo que realmente ofrece Valparaíso, puesto que la noche porteña es un excelente anfitrión para los nocturnos deambuladores de sus calles.